Otro día más…otro día capicúa más. Aquí los días empiezan como acaban. Aquí siempre es de noche, que también tiene guasa la cosa. Llevo ya ni se sabe aquí de tiempo. No entiendo por qué no vienen a buscarme de una vez si la tierra está a un paso. Qué aburrimiento. Aquí más solo que la una. Soy un ser humano en la más absoluta soledad cósmica, y es que a ver qué hago, pasear no puedo porque parezco un globo aerostático dando tumbos sin orden ni concierto. Ver las estrellas tampoco porque las tengo ya demasiado vistas. Jugar al baloncesto tampoco puedo porque ni tengo balón ni tengo cesto donde meter el balón, y escribir mis memorias tampoco porque es que no me acuerdo absolutamente de nada.
¡Esto es para deprimir a cualquiera!, y que haya gente que daría la vida por venir aquí. Mi mente va tan lenta que mis bostezantes pensamientos siempre se quedan a mitad de camino, ¡Y esa es otra!. Llevo aquí ya el suficiente tiempo como para comprobar que eso de que la luna alienta los buenos y tiernos sentimientos es completamente falso, y un engañabobos para enamorados. Como tontos caen en la trampa, ¡Ale!, ven a la luna y ya están buscando como posesos a alguien para enamorarse perdidamente y pasear cogiditos de la mano. Seguro que si supieran que hace aquí un frío que pela se les quitaban esos enamoradizos calores que les invaden.
Es que esto no tiene perdón de Dios eh. Dejarme aquí tirado como a una colilla. Lo único bueno que tengo aquí es que por lo menos la Guardia Civil no me quitará puntos y cuando regrese tendré mis doce puntitos tan enteritos todos ellos. Aunque al paso que voy, lo mismo los han cambiado por comas y la habremos jodido.
¡Es que no puedo explicármelo! Resulta que me voy a explorar tan tranquilamente una mañana, y cuando llego después de no haber explorado nada, me encuentro con que la nave espacial no está en su sitio. Pensé que a lo mejor se habían desplazado por algo, pero no, no era eso porque de hecho no los volví a ver. Se piraron dejándome aquí completamente inexplorado. No cayeron en la cuenta de que faltaba un tripulante para que todo estuviese completo. Si hubiese sido otro me hubiese dado igual, pero es que el tripulante al que se dejaron en luna fue a mí precisamente, y no lo entiendo.
Vamos a ver si llevo razón o no pensamientos míos. Si en la nave Apelo XIII íbamos dos personas, y se queda una (que soy yo), pues resulta que la nave sólo va tripulada por una única persona, y al no poderse considerar eso como una enfervorizada multitud, supongo que mi tripulante compañero me tendría que haber echado algo de menos ¿no? Pues nada, parece ser que cuando se dio cuenta ya estaba en su casa tan tranquilo. Luego a los quince días lunares me llamaron desde Houston y me dijeron que no me preocupase que vendrían a por mí. Pero aquí sigo intentando comunicar con ellos noche y noche sin poder conseguirlo.
En fin, voy a volver a intentarlo, a ver si puedo comunicar con la tierra a través del móvil éste de casi última generación con bluetooh. Espero no haberme quedado sin saldo, que llevo ya más de doce mil llamadas, por cierto, sin éxito alguno.
Parece que estoy de suerte y hoy sí voy a tener buena cobertura. Seguro que será otro intento baldío, pero bueno, marcaré un número al azar, total, lo mismo me da que me da lo mismo. Si me lo cogen, que ya sería casualidad, les diré que contacten con Houston y que les digan que tengo un problema. Menos mal que por este móvil no corre el tiempo. Supongo que será la pila alcalina esa iónica con la que estaban experimentando.
Astronauta – ¿Se me oye?, ¿Se me escucha?, ¿Se me entiende?
Houston – ¡Joder que susto! ¿Quién ha dicho eso en mi móvil para casos de mergencia? (¡Por Dios que estrés, para mi corazón está esto, y eso que me habían dicho que este era un puesto de trabajo relajante) Síiii, ¿Quién es?
Astroanuta - ¿Se me oye?, ¿Se me escucha?, ¿Se me entiende?
Houston – Sea quien sea usted, le ordeno que se vaya y que abandone este cuerpo, quiero decir...le ordeno que abandone este móvil para casos de emergencia, y sí, se le oye, se le escucha, pero no se le entiende ni jota.
Astronauta - ¿Con quién hablo?
Houston – (Ah vale, ahora sí, parece que ya funciona esto) Está usted hablando con un controlador del espacio exterior en Houston EE.UU.
Astronauta – ¿EE.UU?.
Houston – Síiiiiiii EE.UUUUU., Houston....Estados Unidos de América.
Astronauta – ¡Ah vaya!, pues con ustedes quería yo hablar precisamente, ¡Qué suerte que he tenido!
Houston - ¿Con nosotros? ¿Por?
Astronauta – Pues porque tengo un problema.
Houston – (Un problema dice, pues anda que tengo yo pocos) Y nosotros, nosotros también tenemos un problema y no vamos dando sustos por ahí a la gente, ni nos metemos en móviles ajenos para incordiar.
Astronauta - ¿También tienen ustedes un problema?
Houston – Sí también, últimamente siempre tenemos un problema. No sé qué es lo que pasa.
Astronauta – Lo siento por ustedes eh, pero es que creo que el mío es bastante más importante.
Houston – Más importante....más importante...eso me han dicho que dicen todos los que llaman.
Astronauta – Lo que yo le diga...créame.
Houston – ¡A verrrr! ¿Qué problema tiene usted?
Astronauta – Pues mi problema es que creo que se han olvidado de mí.
Houston – ¿Lo cree o está seguro? Que yo también creo muchas cosas y luego nada de nada.
Astronauta – Si me pone es ese quid, le puedo asegurar que estoy completamente convencido
Houston – Bueno, a ver ¿Quién se ha olvidado de usted?
Astronauta – Ustedes.
Houston - ¿Nosotros?
Astronauta – Sí, ustedes.
Houston – ¿Y dónde está para que nos hayamos olvidado usted?
Astronauta – Estoy aquí arriba.
Houston – ¿Es usted el escayolista?
Astronauta – Qué escayolista ni qué coño. Estoy más arriba aún. Estoy en la luna
Houston - ¿En la luna? ¡No joda! ¿Y qué hace allí subido y tan lejos?
Astronauta – ¡Pues qué voy a hacer! Esperando que vengan a por mí.
Houston - ¿Y lleva mucho tiempo esperando?
Astronauta – Pues desde el 98. Sobre unos ocho años.
Houston – ¿Desde el 98?
Astronauta – Sí…bueno...ocho años hace mañana precisamente.
Houston – ¿Y cuándo se supone que deberíamos haber ido a por usted?
Astronauta – Pues...hace siete años y once meses.
Houston - ¡Hostias! ¿Pero está seguro de eso? No consta en nuestro pc de sobremesa ni en nuestros archivos que tengamos a nadie en la luna en este momento, bueno, me refiero físicamente, que aquí hay muchos que sí lo están y así nos va el pelo a los de Houston, ¡Cómo no vamos a tener un problema! ¿Pero quién le dijo que nos esperase allí?
Astronauta – Pues es que como ya ha pasado tanto tiempo no me acuerdo de su nombre, era un general.
Houston – Eso…póngame las cosas fáciles. Un general le dijo que irían a por usted y no sabe ni nombre ni nada…pues muy bien.
Astronauta – Bueno, pero eso es igual ¿No?, el caso es que estoy aquí y tienen que venir a por mí.
Houston – Sí, si la razón no se la puedo quitar en eso porque la lleva, pero claro, lo mismo el general ese ya lo tenía planificado todo, y ahora habrá que empezar otra vez de nuevo, menudo faenón ¿Deme sus coordenadas?.
Astronauta – ¿Que le de mis qué?.
Houston – Sus coordenadas.
Astronauta – ¡Y yo qué coño sé cuáles son mis coordenadas!,pues anda que no me habré movido en estos años. Si no he parado de ir un lado para otro, ¡Joder!, que esto no es tan grande. Vd. mándelos a la cara oculta de la luna que aquí les espero.
Houston – Oiga, pero si está oculta esa cara en la que usted se encuentra ¿Cómo le encontramos?
Astronauta– ¡Hay que joderse eh!, pues cuando se les haya acabado la cara visiblecontinúen. Que la luna solo tiene dos caras. Que no es un dado, y si ven a alguien que parece un humano dando saltitos para que le vean, ese seré yo.
Houston – Espere que apunte para tenerlo todo ordenadito para mis superiores. A ver...
A las 8.00 horas, horario terrestre, recibo una llamada de alguien al móvil de emergencia que dice que está en la luna esperándonos, y que tiene un problema. Lleva allí desde el 98. Parece ser que se lo dejaron en tierra olvidado, perdón, en luna, y se le nota algo impaciente y quizás pelín malhumorado conmigo que no tengo culpa de nada. El lunático dice que se encuentra en la cara oculta de la luna, y que tiene un dado, que por cierto no sé para qué, pero bueno, ¡Ah!, y muy importante, dice que no sabe sus coordenadas porque se ha estado moviendo mucho en los últimos años, vamos, como queriendo decir que nos busquemos la vida para averiguarlo. Para mi opinión quiere encalomarnos el problema a nosotros.
Astronauta- ¿Ya?
Houston – Sí.
Astronauta – Bueno, pues si ya lo tiene todo anotado póngase manos a la obra.
Houston – Deme más datos sobre la misión suya a ver si puedo encontrar algo. A lo mejor está su expediente y el de la misión por ahí, sino lo mismo me toca ir a la biblioteca a ver filminas.
Astronauta – La misión nuestra era venir a la luna para buscar gominolas ¡¡¡No te jode!!! ¿Qué quiere que le diga de la misión?, pues que veníamos a la luna a explorar. La misión se llamaba “Explorer moonlight shadows” y nuestra nave era la Apelo XIII.
Houston – (Le pillé) Perdone eh, pero la misión Apollo XIII fue en la década de los sesenta o setenta, creo.
Astronauta – Cómo que en la década de los sesenta o setenta, cree ¿Entonces qué hago yo aquí en la Luna?
Houston – Pues eso digo yo, ¿Qué hace usted ahí arriba?,
Astronauta – ¡De la luna a la tierra! ¡De la luna a la tierra! ¿Hay vida inteligente por ahí?, Houston, le dije que la nave se llamaba apelo XIII, no apollo XIII, a ver si estamos en lo que estamos.
Houston – A ver si va a estar usted confundido y no va a ser eso la luna eh, o peor aún, a ver si es que nos hemos pasado empinando un poco el codo de más, ¿Qué ve desde allí?.
Astronauta – Poca cosa, oscuridad, estrellas, y una vez que dando un paseo me salí de la cara oculta les vi a ustedes, vamos, quiero decir que vi la tierra.
Houston – Pues va a ser verdad que está realmente en la luna.
Astronauta – Claro, yo no digo las cosas por decirlas. Le digo que estoy en la luna, además espere y verá...¡Laika!, ladra que te oigan estos señores desde Houston para que se convenzan.
Laika – Guau..Guau..Guau.
Houston - ¿Está con usted Laika, la gatita que lanzaron al espacio?
Astronauta – Pues sí, digo, pues no. Laika era una perra ¿No la ha oído ladrar Joder?
Houston – Sí, oírla sí, pero es que es la primera vez que oigo un ladrido interestelar, y me había parecido un maullido, además, sí que es cierto que Laika era una perrita. Ahora me acuerdo. Incluso creo que un grupo español llamado Mecano le sacó una canción, pero Oiga, ¿Laika no murió ya?, creo que sí eh.
Astronauta – (Joder, de aquí no me rescatan ni los geos) Pues no, no murió. Cuando me olvidaron aquí como a un vulgar paquete de correos sin remite, la encontré, aunque para ser exactos me encontró ella a mí, por cierto, que la tienen muy enfadada.
Houston – Ahhhhh, ¡Oiga! y porqué está enfadada.
Astronauta – Ya me contará porqué. Qué es eso de dejarla abandonada por esos espacios de Dios. Sepa que ella no quería venir y que la obligaron.
Houston - ¡Vaya!, no lo sabía, cuanto lo siento.
Astronauta – ¡Laika!, que dicen desde Houston que lo sienten mucho.
Laika – Guau...Guauu, Guauu.
Astronauta – Oiga, que dice Laika que le importa un huevo que lo sienta o no, que ya para lo que sirve eso, ¡Ah! y que les den...
Houston – Claro, es comprensible su enfado, pero yo no tengo culpa. Espero que algún día lo comprenda, pero bueno...sigamos. Decía que un general le había dicho que irían a por usted. El caso es que no recuerdo yo que en el 98 mandásemos ninguna nave a la luna, bueno, no lo recuerdo porque yo no estaba, pero miraré en el ordenador en la carpeta “Antiguos vuelos a la luna.doc” a ver. Vaya, aquí está, en el año 98 se mandó algo así como una nave que efectivamente se llamaba Apelo XIII, y la misión era....a ver...está clasificada X. Espere un momento que le quite la X y la desclasifique para poder ver que es lo que dice, Mmmmmm....pulso X y supr, ¡Ya está desclasificada!. Efectivamente, la misión era verificar que aún seguía allí la huella de la bota del hombre que pisó por primera vez la luna. Es que cada cierto tiempo la revisamos por si al estar a la intemperie se borra o algo, y ya de paso le dan un agüita.
Astronauta – Ah, ya, la huella esa que dice usted debe ser ésta que está aquí, y que al lado tiene una banderita, o sea, que mi misión no era explorar.
Houston – Hombre, explorar....lo que se dice explorar, pues no, pero algo sí eh. Su misión era explorar si la huella estaba bien y se marcaba toda la suela sobre el suelo lunero, en caso contrario debía de sanearla un poco. De todas formas ¿No ha visto nunca a ninguno de nuestros astronautas con el mocho por allí?, aquí pone que más o menos cada seis meses toca restaurar.
Aastronauta – No, nunca vi a ningún astronauta por aquí. Ya le he dicho que estoy en la cara oculta y me pasó casi todo el día durmiendo.
Houston - ¿Y eso por qué?.
Astronauta - ¿Por qué va a ser?. pues porque no veo el sol ni de coña, y estar todo el día enlunado pues hace que me quede frito, ¿O a usted no le pasa más o menos eso cuando va saliendo la luna?.
Houston – Hombre pues sí, yo estoy así aunque vaya saliendo el sol.
Astronauta – (Qué gracioso), tenemos ganas de bromitas ¿Eh?
Houston – Nooo, lo siento, era un comentario para relajar el ambiente, continúe por favor.
Astronauta – Como le iba diciendo con respecto a lo del sueño. Si usted nada más ver salir a la luna le entra la indisposición, pues imagínese yo...que aquí no es que la vea, no, aquí es que estoy encima de ella.
Houston – Oiga, ¿Cómo se llama?
Astronauta- ¿Quién? ¿Yo?
Houston – Sí, usted
Astronauta – Me llamo Serafín ¿y Vd.?
Houston – Peter
Astronauta – Pues encantado Peter.
Houston – Lo mismo le digo Serafín, vamos a ver cómo solucionamos lo suyo.
Astronauta – Sí, venga, le aconsejo que quizás lo mejor sea que vengan de una puñetera vez a por mí, pero vamos, sin acritud eh, era una idea.
Houston – Sí, creo que esa va a tener que ser la solución. Espere a ver qué naves tenemos disponibles, a ver....El discovery no que es muy grande para usted sólo y a lo mejor ni llega, ¡Oiga!, allí no hay mar ¿Verdad?.
Astronauta – Creo que aquí en la luna había una mar llamado de la tranquilidad, pero aquí en la cara oculta no lo hay, o no lo he visto nunca, busquen ustedes por la cara visible a ver, pero no creo eh ¿Por?
Houston – Porque tenemos un batiscafo y pensé que si había mar pues estaba solucionado.
Astronauta - ¡Peter!, en caso de que hubiese mar para mi rescate, se puede saber cómo coño lo iban a traer hasta aquí ¿Propulsado a base de pedos siderales?
Houston – No sea grosero hombre, lo mandamos en la nave, le dejamos el batiscafo y ya usted se apaña. Sólo nos queda esa nave disponible, pero es un puente aéreo lunar y sólo hace viajes de ida.
Astronauta – Y una vez en el batiscafo ¿Qué?, me quedo allí otros ocho años hasta que le despidan a usted por inepto y pongan a alguien que piense un poco.
Houston – Que no sea grosero que le cuelgo. No se lo volveré a repetir, además, por qué dice eso.
Astronauta – Porque digo yo que luego tendría que volver ¿No?
Houston – Pues va a llevar razón. No había pensado en el regreso, duro hándicap y doble trabajo. Serafín, ¿Y no le da igual quedarse ya allí que está acostumbrado y así no me jodería la vida como lo está haciendo?, además, podía echar raíces y sería nuestro destacamento allí.
Astronauta – ¡Y una mierda!, que yo ya tenía mis raíces bien cogidas allí, además que ya me contará cómo echo esas raíces ¿Me auto fecundo?
Houston – Serafín, espere que siga con mis anotaciones.
Corroborado, realmente está en la luna y lo suyo visto lo visto no es un problema sino un problemón porque no veo solución a corto plazo. Le he sugerido la opción del batiscafo, pero es un intransigente y no quiere. Dice que quiere volver y de ahí no hay quien lo saque. Para darle ánimos le he dicho que se quede allí y que eche raíces luneras, pero muy soezmente me dice no saber con quién. Creo que sería buena opción mandarle en el batiscafo a alguna voluntaria que le haga desfogarse sideralmente para aliviar tensiones. Ya veremos en qué queda esto -.
Astronauta - ¿Ya?
Houston – Sí.
Astronauta – Peter, qué cosa más rara e inhabitual aquí en la luna, nunca me había pasado, ¡Me ha llegado un mensaje al buzón sin voz!, espere, no cuelgue que voy a ver quién es:
El saldo de su tarjeta esta ya tiritando desde hace lustros. Acabe deprisita lo que esté haciendo que vamos a proceder a la desconexión sin ningún tipo de compasión. Estamos mirando sus datos y hace ocho años que no paga ni un duro. Le rogamos encarecidamente que pase a la mayor brevedad posible por nuestras oficinas para hacer efectiva la deuda adquirida con nosotros, y poder así seguir disfrutando como un cosaco con nuestro servicio. Por si las moscas, que sepa que se queda también sin cobertura eh.
Atentamente...servicio de atención al cliente.
¡Peter! ¡Peter!
Houston - ¡Serafín! ¡Serafín!. - He perdido el contacto. Le llamaré yo que debe haberse quedado memorizado su número...Anda que no soy eficaz yo ni nada:
Bobafone 3g le informa…el usuario al que está intentado llamar parece como si no tuviese cobertura, o quizás no se encuentre disponible en estos momentos. Duda que nos asola pero que desafortunadamente no podemos solucionar. Inténtelo más tarde a ver si por esas raras casualidades de la vida cayera o cayese la breva para ustedes ambos dos.
¿A ver qué hago ahora? ¡Joder joder!, mi relevo está a punto de caer y cualquiera le cuenta esto. Aquí a la más mínima vienen los Bacteriólogos y te dejan incomunicado una temporada en busca de virus. Es mi primer día en este nuevo destino y no quiero cagarla. Me debato en una encrucijada de dudas luneras. Creo que lo mejor será que actúe como si nada de esto hubiese pasado. Lo siento mucho por Serafín, pero de todas formas ya será imposible volver a comunicar con él.
Astronauta – Laika, ¡Cuanto lo siento!. Ya no regresaremos nunca a la tierra. Digo que en Houston con un problema ya tienen de sobra y no quieren otro más.
¡Qué le vamos a hacer!, pero bueno, por lo menos si tenemos que cascarla aquí, que de eso ya no nos libra ni la caridad, moriremos juntos. Ven aquí a mi lado.
Espera, ¿Qué es eso?, oigo en la lejanía como una alarma. ¡Laika! ¡Laika! ¿Dónde estás?
Mujer del astronauta – Serafín, Serafín, venga levántate que son ya las cinco y ha sonado el reloj. Tienes que irte a trabajar.
Astronauta - ¿A trabajar?, Uffffff, menos mal, Qué pesadilla que he tenido más tonta. Quién me manda ver películas de ciencia ficción nada más cenar. Nunca pensé que me alegraría tanto de que haya sonado el reloj despertador.
Todos los derechos reservados