autoayuda - Cómo bañar a su gato

 

1– Abra el grifo de la bañera y compruebe que el agua se encuentra a una temperatura agradable para el gato, es decir, ni fría ni excesivamente caliente.

2 – Prepare y ponga a mano todo lo necesario e imprescindible para bañar a su gato, pero sea cauto, que no le vea.

3 – Vaya en busca del gato que se las está viendo venir, y se ha escondido en el salón debajo del sofá. Precisamente en ese en el que tan difícil es maniobrar.

4 – No tema cuando agache la cabeza para ver dónde se encuentra el gato e introduzca su brazo para intentar dar con él. Éste no está muy amistoso y le bufa de manera inmisericorde, ¡Cójalo!, es su mascota preferida y bien sabe que es imposible que le haga nada. Nunca lo ha hecho y no iba a ser ésta la primera vez.

5 –Llame a su mujer y dígale que le traiga el botiquín de primeros auxilios porque se había equivocado. Su gato, y culo contra la pared parece ser que no ha relacionado a ese brazo con Vd., su dueño, y se ha empleado en él que es un gusto, ¡No grite! ¡No llore!, podría asustar más al gato. Aguante estoicamente el dolor pero sin decir ni mu. Cuando el agua oxigenada empiece a hervir sobre su arañada piel, imagine que dice todas las barbaridades que tan bien vienen para estos casos, pero no las diga, el gato es muy susceptible a los temperamentales cambios de voz. Además, que si tiene suerte, que lo dudo, quizás a posteriori la aplicación de betadine que está fresquito le consuele un poco, y si no pues se jode porque a quién se le ocurre intentar coger a un gato cuando está bufando.

6 – Como de ahí no hay ni Dios que lo saque. Mueva el sofá para hacerle salir, y tras destrozarse la espinilla con un borde que nunca había visto ni que sabía que estaba ahí, mire para arriba que seguramente el gato se encontrará ya, o enganchado en las cortinas, o subido encima de la lámpara. No le presione. Dele su tiempo que cuando vea que ha pasado el peligro se relajará y bajará, pero eso sí, cuando le venga en gana que para eso es un gato.

7 – Mientras espera con toda la paciencia del mundo, aproveche para aplicar unos rítmicos soplidos sobre las heridas del brazo y de la mano para calmar un poco el escozor, luego ya no podrá.

8 – Aproveche ahora que el gato ha bajado y se está empezando a relajar casi después de tres horas, y espere a que ronronee, no tardará mucho más. Cuando le oiga acúnelo contra su pecho con mucho cariño y diríjase con él hacia el cuarto de baño. Acaríciele si lo considera oportuno sobre la cabeza, concretamente sobre la parte que está entre oreja y oreja, que por cierto las está empezando a empinar y a auto direccionar como si de un radar se tratase dando muestras de una incuestionable desconfianza.

9 -  El gato mira fijamente a la bañera, y después le mira fijamente a Vd. El ronroneo ha desaparecido y en su lugar parece como si una moto de gran cilindrada quisiese arrancar. Tenga cuidado en este punto porque el riesgo que corre es considerable, y no el gato, usted.

10 – Domine la situación. Que el gato perciba quién es el que manda. Coja al gato con las dos manos por el lomo e introdúzcalo en la bañera. No puede. El gato abre las cuatro patas y le resulta imposible vencer esa oposición, además de parecer que entre sus manos tiene un trompo en vez de un gato. La fuerza de la gravedad ha dejado de existir en su cuarto de baño y el gato levita. Cierre los ojos al próximo intento de introducción. Las zarpas del misino en esta primera intentona acaban de depilarle las cejas.

11 – ¡Por fin!, por fin ha logrado meter al gato en la bañera. Ahora proceda a sujetar al gato con una mano, y con la que le queda libre coja con dos dedos eso que parece un teléfono y está unido a la grifería. Seguidamente con alguno de los otros tres dedos que le quedan libres, abra primero el grifo del agua caliente y después el del agua fría. Compruebe que la temperatura es la idónea e indicada. Para ello dirija el artefacto a su cara y rece porque el agua no esté hirviendo. Sé que dirá que lo suyo hubiese sido abrir primero los grifos en vez de tanta parafernalia, pero no amigo mío, eso no es conveniente porque sin control por nuestra parte, cuando abriésemos el grifo seguramente no caeríamos en la cuenta y el telefonillo acuífero estaría direccionado hacia el gato y la liaríamos. Si al gato le llega el agua de sopetón dese por muerto, o en el mejor de los casos dese por gravemente herido.

12 – Si no ha llamado a su mujer pidiéndole ninguna gasa hidrofilizada ni apósito, será porque el agua estaba en las condiciones adecuadas, y su cara no se ha chamuscado demasiado. Ahora muy sutilmente dirija el telefonillo hacia el lomo del gato. Ese debe ser el primer lugar a ser mojado porque ni se le ocurra echarle agua así a bote pronto sobre la cabeza, y muchísimo menos en el culo si lo que está sujetando es a un gato en vez de a una gata.

13 – Si ha seguido mi consejo, el gato estará igual que antes o peor, pero sigue ahí que es lo importante. Ahora coja el champú para gatos y échele cantidad suficiente sobre su lomo, claro, esto si ha sido lo suficientemente precavido como para haber destapado antes el frasco,  que lo normal será que no lo haya sido. Si llevo razón, entonces coja el frasco y tírelo para arriba con la intención de que cuando caiga pueda sujetarlo entre su axila y costillas en posición horizontal. Una vez conseguido proceda a imitar a los monos e intente abrir el frasco o bote. Si mientras esto ocurre se derrama casi todo lo de su interior, no pasa nada, dígale a su mujer que le abra el que es personal e intransferible de usted y utiliza a menudo. La verdad es que se le podía haber ocurrido antes lo de llamar a su mujer en vez de hacer el orangután, pero bueno, no hay mal que por bien no venga, porque verle hacer el orangután ha despertado la curiosidad del gato y se le ha olvidado que se le aproxima el momento chapuzón.

14 -  Una vez echada la cantidad adecuada de su champú baby nenes, debe proceder a muy suavemente frotarle el lomo intercalando el frotamiento con la administración de agua. Cierto es que nunca hubiese pensado que su gato tuviese un lomo tan largo y que al mojarlo tuviese tan poco pelo. Y cierto es también que hace una eternidad que el gato se fugó de la bañera y que lo que está Vd. bañando es a su brazo izquierdo.


15 – No siga. Deténgase y podrá oír un trompazo de esos que hacen época. Ha sido el gato que en tan apresurada huida no ha sido consciente de que tiene las patas mojadas, y ha ido haciendo surfing por todo el pasillo hasta estamparse con la puerta de la cocina. ¡Mal! ¡Muy mal!, el gato a estas alturas ya no tiene dueños, ni amigos, ni tiene nada de nada. Odia a todo lo que le rodea y que tenga la curiosa particularidad de andar erguido sobre sus dos piernas, ese es usted. Su gato le odia a más no poder por el tormento al cual le está sometiendo sin necesidad. No intente ir hacia él a la pata coja, y mucho menos a cuatro patas intentando ser un semejante porque eso que brilla allá a lo lejos son sus ojos que están estudiando milimétricamente todos sus movimientos de aproximación.

16 – Mala solución tiene esto ya. El gato está parapetado y con el lomo arqueado, señal inequívoca de que se avecina una hecatombe porque aunque no lo crea su gato no se está riendo, créame, los gatos no ríen. Lo que está ocurriendo es que aparte de tener el lomo arqueado y erizado, está arrugando los mofletes para mostrarle que no le hace falta ir al dentista porque tiene unos colmillos de lo más sanos, y que está dispuesto a utilizarlos si es menester.

17 – No le lea cuentos ni le ponga dibujos animados para tranquilizarlo, esto no funciona. Los gatos aunque tienen muy buena visión, que para eso son gatos, no distinguen todos los colores y pensará que es usted tonto, y lo peor no es eso, no, lo peor es que puede pensar que se está cachondeando de su estirpe de felino, y que lo toma por un simple conejo canijo, por poner un ejemplo.

18 – ¡No ha podido ser!, pero no se sienta desgraciado porque lo intentó y eso es lo que importa. Visto lo visto tendrá que esperar a algún momento más propicio. Ya lo único que le queda es aprovechar todo el champú derramado en la bañera para ducharse usted. Si lo hace verá como rápidamente su misino se acerca con un aire de orgullo y superioridad que para qué le voy a contar. Ha vencido en toda regla y porque no puede darle un corte de mangas…y es que cuando las barbas de su vecino vea mojar, no la pague con su gato, y mucho menos le intente bañar.

 

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