Bacalao al pil pil

Esta receta no va a ser una receta en sí, me explicaré:
   
    Es frecuente, a todo el mundo le pasa menos a mí, que cuando por algún motivo nos quedamos solos y tenemos que auto abastecernos de comida, echemos manos de ese libro sobre recetas que está encima de alguna repisa, algo inclinado porque queda más fashion y si no es porque se cae.

    Pensamos....que leyendo cuidadosamente y con todo detalle cualquiera de las recetas con la que nos encontramos, no debe ser muy complicado e incluso que nos la podremos comer, ¡Ilusos todos!.

    Como nos acucia un poco de hambre, igual nos da la receta que sea, en el índice del libro elegimos aquella que no parece ser muy complicada, en este caso en concreto elegiremos Bacalao a Pil Pil.

    Buscamos la página cuarenta y dos, y ante nosotros aparece en todo su esplendor. Al primer golpe de vista vemos que su texto no es muy extenso que digamos ¡Bien!, pero claro, al segundo golpe de vista vemos que la recetita es para cuatro personas y a no ser que se apunte alguien a última hora, pues sólo estamos nosotros.

    Seguimos pasando página y página, y vemos que todas, repito, todas, son para multitudes y que ninguna es para un solitario ser como nosotros; así que pensamos que lo solucionaremos con una simple y casi olvidada raíz cuadrada, si tanto es a tanto, pues tanto es a equis, y qué casualidad, ese equis somos nosotros.

    Con las cuentas claras ya, procedemos a manufacturar la comida para ese día, como dije, leyéndolo todo meticulosamente y anotando las variaciones que creemos oportunas.

Ingredientes:

Tiempo: 25 minutos -  ¿Para qué?. Suponemos que es el tiempo en que se supone que todo deberá estar ya listo para ser comido, y es más, también suponemos que este tiempo no hay que dividirlo por cuatro.

- 500 g de Bacalao - De qué parte en concreto del bacalao. Aquí vamos a optar por que sea la parte más gruesa, no por nada, sino porque hay hambre.
- 1 dl de aceite de oliva - ¿DL?. Deberán ser decílitros, pero no estamos seguros, y además a ver cómo medimos eso.
- 4 dientes de ajo Lo hemos entendido perfectamente.
- Sal - También
- 1 ramito de perejil - Puede valer ese que nos regalaron  cuando compramos el kilo de manzanas.

Y ya está, estos son todos los ingredientes. Aquí quizás echamos un poco en falta a los ingredientes Pil y Pil, pero bueno, ya veremos….

Elaboración: Adaptación libre de lo que vamos leyendo con letras en negrita de aquellas dudas que se nos van presentando.

    Para la realización de este apetecible plato (me refiero a lo que quedará dentro y no a la porcelana), aunque parezca algo intrascendente, lo más importante es que en nuestro hogar haya algún Bacalao, nada raro por otra parte, quién no tiene un Bacalao en casa, todos tenemos, es algo que forma parte de la ornamentación de la mayoría de los hogares de habla hispana; inclusive, el sabio refranero popular de nuestros antepasados ya aludía a él dedicándole eso de “Quien tiene un bacalao, tiene un tesoro”, pero pudiera ocurrir que no haya y que si algún día lo hubo, ahora no seamos capaces de encontrarlo, pues nada, con no hacer esta receta asunto concluido, pasemos página.

    Hemos sido tocados por una varita mágica y cuando habíamos perdido todas las esperanzas…resulta que llaman a la puerta. Al abrir, un señor trajeado nos informa que es representante de Bacalaos y que se está haciendo una promoción en el barrio. Pepito,  que así se llama el representante, nos dice que nos regala un Bacalao y que al día siguiente pasará para recavar información sobre si nos ha gustado o no sus bacalaos de Bilbao. Antes de que se marche le preguntamos que si aparte del Bacalao no llevaría también algún que otro pil, concretamente le decimos que necesitaríamos dos pil. Después de mirar catálogos y más catálogos de bacalaos….nos dice que en ellos no aparecen los pil por ninguna parte.

    De momento no hemos empezado muy bien, eso de que nos falten los dos pil a las primeras de cambio son malos augurios, más aún cuando no sabemos qué coño es eso. Inclusive pasa por nuestra cabeza la idea de desistir y llamar al “Burguer Kitchen for dificult moment” como en otras ocasiones hemos hecho y comer vía mensajería urgente.

    Emanciparse por ausencia fortuita de la contraria, es lo que tiene, debemos demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de sobreponernos a las pil pil adversidades que se nos puedan presentar.

    Accedemos a la cocina y es normal que nos demos un fuerte golpazo en alguna de las dos espinillas con algún artilugio que pulule por allí, taburete (que no sabíamos que existía), sillas (que habíamos olvidado que estuviesen ahí) etc. etc. etc.

    Podemos quejarnos y decir ¡Ay! porque no pasa nada. Nuestra hombría no debería de salir mal parada, además, en caso de ser el dolor insoportable como estamos solos pues podemos explayarnos con toda tranquilidad, eso sí ¡Eh!, mariconadas las mínimas, nada del agua oxigenadita y el betadine que tampoco ha sido para tanto.

    Ya estamos en la cocina, recóndito y aterrador lugar al que siempre fuimos reacios a entrar. Ahora lo primero que tenemos que hacer es cortar el Bacalao a trozos ¿Cuántos trozos?, ¡Ah!, eso ya es cuestión de lo intuitivos que seamos, pero vamos, una regla de oro es que el bacaladero y troceado momento dependerá de la longitud del bacalao. Cuanto más grande, más trozos, y cuanto más escueto, menos trozos. Pero tengamos en cuenta que el bacalao sin aun trocear no sea muy pigmeo porque tiene que haber para dar de comer a cuatro bocas hambrientas.

    Después de troceado en las equis partes en que lo hemos hecho, lo ponemos todo en remojo picón, es importante que remojemos los trozos con la piel hacía arriba, ¿Porqué?, pues no lo sé, misterios tiene la vida......

    Ahora hay que rebobinar todo lo que hemos hecho porque resulta que éste no es un plato que se haga y se coma el mismo día, ¡No!, este plato hay que hacerlo el día anterior porque debe remojarse a base de bien, concretamente 24 h. También he de decir que es un plato quizás demasiado ajetreado y demasiado en tiempo real para nuestras características, durante el diario remojo hay que cambiarle el agua cuatro o cinco veces por lo menos.
 
    ¡Vaya un chollo de receta que nos hemos buscado! Si creíamos que ya podíamos empezar a freír algo….mal creído por nuestra parte porque ahora hay que quitarle las espinitas y escurrirlo. Lo suyo sería saber más o menos cuántas espinas tiene un bacalao adulto, más que nada para calcular, ¿Cuántas puede tener? ¿Quinientas o seiscientas?, pues si es así y al paso que vamos....no nos va a quedar más remedio que posponer la finalización del plato por lo menos otras 24 h, ¡Y otra cosa!, ya no quiero ni pensar que nos hayamos liado a cortar trozos y trozos sin ton ni son, medio año remojando trozos, quizás no nos debimos olvidar que aunque la receta es para cuatro comensales, sólo estamos nosotros.  

     Conclusión, que si queremos comernos el Bacalao el miércoles, tenemos que empezar a trabajar con él un par o dos de días antes, es decir, el lunes de madrugada.

    Después de dos infernales días hemos llegado al miércoles, por raro que parezca aún nos quedan ánimos para seguir.

    El miércoles, y antes de comer deberíamos poner al fuego una cazuela de barro, una cualquiera con el aceite de oliva. La experiencia de tantos días con el coñazo éste de receta nos hace darnos cuenta de que aparte de eterna, esta receta es muy traicionera. Esta receta tiene la particularidad de que hagas lo que hagas siempre evoluciona para atrás, nunca se adelanta nada, siempre está uno en los prolegómenos, ¿Cómo íbamos a  suponer que necesitaríamos una cazuela de barro cualquiera?, y lo peor de todo es que llevamos ya casi medio mes con esto y no hay señales aún del pil pil.

    Vamos a ver si acabamos pronto y que el bacalao no nos sobreviva. En caso de darse todos los condicionantes y de tener la cazuela al fuego con el aceite de oliva, le agregamos los ajos y el perejil, como siempre, volvemos para atrás y desagregamos los ajos y el perejil porque antes había que haberlo picado todo muy fino.

    Ahora va a estar la cosa complicada pues no hemos achicharrado las manos y las tenemos insensibles, pero somos tozudos.

    Pongámonos en que está todo picado finito y dentro de la cazuela de barro, ¿Ok?. Ahora cuando observemos que empieza a tomar "color", esa es otra eh, seguro que estaréis pensando que ¿Color a qué?, o dicho de otra manera ¿Qué color?, no os preocupéis porque yo también lo estoy pensando y si nos valemos de ese pensamiento universal que dicen, pues entre todos vamos a dar por valida la opción de color a casi frito, y si vemos que ha cogido ese color y se lo ha puesto el bacalao por encima porque creía estar en una sesión de rayos uva, lo retiramos sin más dilación del fuego con cazuela y todo.

    Posteriormente cuando esté “algo” frío, (importante ese algo, nos lo deja a nuestro libre albedrío, tenemos margen hasta que se congele), agregar el bacalao. ¡Anda!, pero si ahora hay que echar el bacalao, ¿Pues no estaba ya en la cazuela?. Parece ser que no estaba, aquí las cosas están y al rato dejan de estar o desaparecen. No sé que es lo que pasa….es igual, si por error lo habíamos echado al principio lo volvemos a echar otra vez. Ahora para que quede constancia lo hacemos a fuego lento (el de antes era un fuego vertiginoso) y agitamos la cazuela sin parar, además, en el colmo del antiestrés, aparte de no poder parar, debemos agitar la cazuela deprisa. Todo esto hasta que el líquido se convierta (por caprichos del destino) en una salsa espesa y blanca. Años pueden pasar para que eso ocurra....

    ¿De dónde se espera que esa salsa brote? ¿De la nada?. ¡Por el amor de Dos!, si sólo hemos echado unos ajos y un poco de perejil en la cazuela. Pero aún así, pues bueno, ha salido la salsa aunque no la que pone. Ahora para finalizar, todo ello se sirve caliente en la misma cazuela. Habría, una vez servido que espolvorearlo con perejil picado, pero eso no va a ser posible, no queda, lo gastamos todo antes y me niego a que aparezca también de la nada como la salsa, ¡qué sabíamos nosotros que nos esperaba este espolvoreado final!.

Una cosa inesperada de esta receta es que ni nos hemos acordado del Pil Pil. Queda meridianamente claro que ese pil pil era un poco en plan subliminal con la única intención de que nos preocupásemos.

    Y esto ha sido todo amigos.

Moraleja: En caso de ausencia de la pareja, irse al bar que nos pille más cerca.

 

Safe Creative #0909054370261

Todos los derechos reservados

© 2014 Todos los derechos reservados.

Haz tu página web gratisWebnode