GPS - Global Positioning System Final

El sacerdote comentó con el resto de “compañeros” la solicitud que le habían hecho. A ninguno le había pasado una cosa igual, y no supieron muy bien qué decirle. Tampoco encontró respuesta negativa cuando lo consultó con el obispado. Pensaron qie si bendecía la casa, esto podría surtir un cierto efecto placebo, y aquella pareja dejaba de ver cosas raras, muchas quizás producto de su imaginación o estado sumo de sugestión.

Como habían quedado, Javier y Alicia fueron muy temprano para recibir la contestación que fue afirmativa. Por la tarde, el sacerdote iría a bendecir la casa.

Aunque el cura se dirigió a la casa muy tranquilo a la hora señalada, esto no quita para que conforme se iba acercando, y quizás también rememorando escenas de alguna película, concretamente en este caso “Terror en Amitville”, le abordase cierta dosis de ansiedad y resquemor. ¡Anda que si pasaba algo por mínimo que fuese!, pies para que os quiero, se repetía a sí mismo.

Llegó al quicio de la puerta, y pulsó el timbre saliendo a recibirle Javier. Ambos accedieron al interior, y el cura se dispuso a preparar todo lo que consideraba necesario para realizar la bendición de la casa. Se quitó una chaqueta que llevaba, y colocó sobre sus hombros la Estola. Sacó de una pequeña bolsa que llevaba un recipiente con agua bendita, o bendecida, y comenzó a recorrer la planta baja de la casa derramando el agua con enérgicos movimientos del hisopo mientras rezaba y leía el salmo correspondiente con toda la fe de la que era capaz que, a decir verdad, no era mucha que digamos porque en su fuero interno no creía en nada de lo que el matrimonio le habían contado.

Nada anómalo ocurrió. Subió a las habitación de arriba, e igual que en la planta de abajo todo parecía de lo más tranquilo. Aquella casa de estar habitada por fuerzas ocultas, más bien sería por entes angelicales que no por un ser tan malévolo como le habían dicho, porque le resultaba muy placentero estar allí. Allí no podía haber nada maligno. Posiblemente todo era debido como él creía a que los propietarios quedaron muy sugestionado por esos hechos verídicos que sí habían ocurrido, y de los cuales mucha gente había sido testigo, incluida la policía local.

¡No teman, la casa está limpia! ─ les dijo ─. Esto dejó muchísimo más tranquilos a Alicia y a Javier. Si nada había ocurrido era porque nada había. Tras agradecerle al cura el  inmenso favor que les había hecho, éste  marchó. A partir de  ese  momento las manifestaciones se redujeron a su mínima expresión hasta llegar a desaparecer por completo.

Durante el tiempo que la casa se encontraba en una aparente tranquilidad. Fueron muchas las ocasiones en que aun a costa de sentirse estúpido, Javier intentó conversar con “Patricia” preguntándole por qué les había estado haciendo todo aquello. Él quería que le respondiese pero no hallaba respuestas. De hecho, cuando utilizaba el GPS, el sonido que emitía era ya completamente metálico,  y aún   más   sorprendente, de las opciones de voces disponibles, el nombre de Patricia se había esfumado ¡No estaba!. También habían desaparecido todos los síntomas de esa “posible posesión” de la que fue víctima.

¡Pero algo le pasa a Javier!. Es inconcebible que pueda echar tanto de menos a esa maravillosa voz, “su voz”, pero lo cierto es que así es. De “ella” no quedaba nada, y esto en vez de hacerle feliz, le estaba sumiendo en un estado de tristeza muy acusado porque muy a su pesar la echa mucho de menos. Es un sentimiento que no sabe descifrar. Un “no sé qué es” que llevaba muy clavado.

Cierto día y por sorpresa, se presentó en la casa alguien que se auto denominó como médium, y que estaba allí en respuesta a una de las cartas que en su día enviaron solicitando ayuda. Esta médium difería mucho de las que normalmente se ven también en algunas películas tipo “Poltergeist”. Su imagen para nada inducía a pensar de sus dotes o habilidades en la práctica de la mediumnidad, todo lo contrario, más bien daba el perfil de ser alguna actriz venida del mismísimo “Hollywood” para habitar entre nosotros.

Precisamente eso era lo que pensaba Javier, y por ello de su inicial incredulidad. Pero nada perdían por atenderla, y más teniendo en cuenta el largo viaje que había hecho tan altruistamente.

Javier accedió a que la médium pasase, y sentados los tres en el salón tomando una taza de café, aquellos hechos ya casi olvidados volvieron a rememorarlos mientras se los narraban a la médium. La médium se levantó tras escucharlos y comenzó a recorrer la casa sin ninguna incidencia, hasta que llegó a la habitación del matrimonio. Al intentar entrar, la puerta se le cerró en las narices y la casa “volvió a entrar en erupción” como antaño. El matrimonio que permanecía en el salón, volvió a ser testigos de todo lo que creían ya acabado tras la bendición de la casa por parte del cura.

La médium bajó hacia donde ellos se encontraban y les dijo que sí que allí había alguien, concretamente la casa estaba habitada por el espíritu muy dolido de una mujer, pero aún no sabía por qué semejante violencia y dolor. También les dijo que, que no hubiese ocurrido nada cuando el cura bendijo la casa, lo achacaba a que éste no creía en nada que tuviera que ver con hechos paranormales. Toda la parafernalia de bendecir la casa fue hecha sin ninguna fe ni creencias, debido a ello el espíritu tan dolido de esa presencia no se sintió amenazado, y por eso ni se dejó notar, ni actuó en consecuencia.

Pero con ella había sido muy diferente porque ese ente sí que sabía que esta médium podía sentirla,  y de sus intenciones de desterrarla de allí.

Para Alicia y Javier lo único positivo de lo que acababan de escuchar es la confirmación por parte de “alguien entendido”, en este caso de la médium, de que ni estaban locos ni sugestionados, ni nada por el estilo. Todo era tan real como la vida misma.

A continuación los tres se dirigieron hacia el foco principal de todas las manifestaciones que el matrimonio relacionaba con el GPS, y donde éste se encontraba, el garaje.

Nada más acceder al él, la médium comienza a sentir que ese es el lugar. Enmudece. Palidece. Permanece completamente rígida como si se hubiese transformado en una estatua de mármol. No pestañea. Sus ojos están completamente abiertos. Para Alicia y Javier está visión resulta de lo más alucinante porque en ellos, el iris ha desaparecido por completo. Sus órbitas se han quedado blancas, y éstas están mirando directamente al GPS.

Inmediatamente después, la médium empieza a convulsionar hasta caer inconsciente al suelo. Alicia y Javier, asustados la recogen, y la llevan hacia el interior de la casa donde al poco tiempo vuelve en sí. Ésta les pide un vaso de agua y tras beberlo muy lentamente, mirando a Javier les dice que llevaban toda la razón. De todo lo que les había pasado el causante era el GPS, aunque para ser mas exactos, la entidad o espíritu que se manifestaba a través de él, ¡Patricia!.

La médium continúa diciéndoles:  

- Durante el tiempo que he permanecido en trance, he visto claramente lo que fue la vida del espíritu que ha intentado llevarse la vida lúcida de Javier, y que ha  estado utilizando como medio de comunicación y manifestación el GPS ─.

─ Efectivamente se llama Patricia, mejor dicho, se llamaba. Patricia vivió por última vez en la tierra en el siglo XV. Nació en el año 1450, y murió de una manera terrible a la edad de 29 años. Tan horrorosa fue su muerte y tanto dolor siente, que ha estado vagando por dimensiones paralelas a la nuestra en la que sólo hay oscuridad de la que no ha querido salir hasta encontrar a quien buscaba. No quiere la luz. No quiere olvidar. No quiere marchar. Sólo desea venganza ─.

>>La  médium  dejó  de  hablar  y  miró  a  Javier  como  preguntándole  si  quería  que continuase, éste como si le hubiese leído la mente le respondió que no parase, que siguiese. Por el momento todo lo que iba contando la médium era calcado a sus pesadillas.

Bien, continuó la médium:  

Patricia fue delatada a la Santa Inquisición por un hombre macabro, cobarde, traidor. Era la vileza hecha ser humano, e integrante muy influyente del tribunal de la Santa Inquisición. Este hombre estaba perdidamente enamorado de Patricia. Era poco más que una esclava a su servicio que nunca correspondió a ese amor, lo odiaba, pero ella era tan humilde que no tuvo la posibilidad de salir de esa casa. Soportó de este hombre lo que no estaba en los escritos pues de su insignificante sueldo dependía la supervivencia de su familia.

El día llegó en que entró a servir como mozo de caballerizas un apuesto labriego del cual Patricia se enamoró locamente. Esta relación no pasó desapercibida para el dueño de la casa porque casualmente fue testigo ocular cuando iba a buscarla al granero de unas intensas horas de pasión entre ambos. Esto hizo que se volviese aún más loco de lo que estaba, y en un estado tal que su mente no daba cabida a otra cosa, o  sería de él, o no iba a ser de nadie .

Cierta noche, completamente ebrio, accedió a los aposentos de Patricia cuando el resto del personal de la casa dormía, y la violó en repetidas ocasiones. Aunque nadie la creería en caso de que estos hechos tan repugnantes se supiesen, para asegurarse y evitar la posible  “denuncia”, este ser despreciable la acusó de brujería ante el inquisitorial tribunal del cual formaba parte, y que no dudó en condenarla sin tan siquiera oír sus alegatos. Ni la dejaron hablar cuando estuvo frente a este tribunal. Lo único que pudo hacer fue escuchar la sentencia. Para todos los allí reunidos era una bruja, y sería quemada en la hoguera .

Mientras era atada a un poste para dar curso a la condena, Patricia buscó y buscó entre aquella multitud ávida de sangre a esa persona que la violó y delató. Era el único que podía salvarla. Patricia, pobre de ella, por mucho que gritó. Por mucho que lo llamó suplicándole clemencia en nombre de ese amor, aquel hombre, cobarde delator, atrincherado entre  aquella muchedumbre que  ansiosa estaba porque comenzase “el espectáculo”, nada dijo, calló, abandonándola a su “suerte”.

Tan despechado estaba, que antes de que ella pudiese ser de otro hombre, prefería verla arder en la hoguera de manera tan cruenta. Pero lo que aquel hombre no sabía es que aunque acusó en falso porque realmente ni él ni la  Santa  Inquisición tenían ninguna prueba de que Patricia hubiese practicado alguna vez la brujería, sí que era bruja, y mientras su cuerpo ardía y se retorcía por tanto dolor mientras el fuego iba desgarrando y consumiendo su cuerpo, profirió al causante de tanto sufrimiento la más horrible de las maldiciones en un idioma que nadie supo descifrar. Con el cuerpo casi completamente carbonizado y mirando al cielo, Patricia dijo algo inentendible. Seguidamente y aún viva, fijó su mirada en su vientre. El dolor cesó, y la vida de Patricia se extinguió. ─.

>> La médium volvió a parar su “relato”,  y al igual que en la anterior ocasión miró a Javier y le dijo que por desgracia él fue aquel hombre en una de sus reencarnaciones anteriores. El espíritu errante de Patricia por fin le había encontrado. La maldición irremediablemente debía cumplirse. Patricia era demasiado poderosa para ella. Nada podía hacer.

>> Javier, al escuchar esto se le pusieron los pelos como escarpias, y a modo de descarga eléctrica algo recorrió todo su cuerpo. ¡No podía dar crédito a lo que acababa de oír!. Él…¿Qué tenía que ver con aquello que pasó hace siglos? ¡Eso no podía ser!. Él no era tan ruin, malvado, e inhumano, y la maldición...¿Qué narices de maldición? ¿Qué narices estaba diciendo aquella mujer?. No obstante, la médium continuó con su "locura de historia".

─ A partir de ahí, la constante en la vida de ultratumba de Patricia ha sido buscar a aquel que le causó aquella horripilante muerte. Buscarte a ti Javier. Por razones que nosotros no podemos llegar a entender te ha encontrado valiéndose de algo que tanto deseabas y que tan inofensivo te parecía. Algo que poco a poco le fuese dando la posibilidad de abstraerte de tu realidad. Con su cálida voz y esa imagen que ella hizo que tú te formases en tu imaginación, consiguió atraerte hasta hacer que la necesitases cada vez más ─.

>>Javier, incrédulo, le preguntó a la médium que si lo que Patricia pretendía era que su maldición se cumpliese,  por qué no lo  había  hecho  ya.  Habría  tenido  cientos  de oportunidades sabiendo el poder que tenía, y que aquella aterradora noche les demostró.

Sabes…le dijo la médium, cuando caí en trance y me precipitaba hacia el suelo, momentos antes, aparte de esa sed de venganza que rezumaba aquel lugar, también pude percibir…no sé…un sentimiento más afable, y ahora te puedo decir que claro que hubiese cumplido su venganza. Posiblemente el viaje que hicisteis a Asturias hubiese sido la fecha y el lugar esperado, ignoro cómo pudo ocurrir, pero el espíritu de Patricia no había contado con algo que parecía imposible. Poco a poco fue congiéndote afecto hasta incluso llegar a enamorarse de ti. Sus ansias de venganza se apaciguaron porque vio que no eras el mismo que aquel que la quemó viva. Aquel a quien imploró piedad, y del que sólo halló indiferencia y desprecio.

Lo trágico de todo es que Patricia pensaba, aunque todo esto pueda resultar muy difícil de comprender, que sus sentimientos hacia ti eran correspondidos.

>> Alicia estaba perpleja. Aquello que estaba escuchando, más que la vida real, parecía alguna novela sacada de la imaginación del mismísimo “Stephen King”. Cómo tomar en serio lo que estaba contando aquella médium. ¡Era increíble!, y eso le dijo a Javier, que compartió plenamente la opinión de ella. Su mente no daba tanto de sí como para poder creérselo. Así que ya no dejó que aquella mujer siguiese hablando y la invitó a marcharse.

>>Esto último que había escuchado no eran otra cosa que bobadas. En lo que había acertado, y que propició que la escuchasen tras poner en prácticas esos “trucos” de magia barata,  posiblemente fuese lo que ya le habían contado en la conversación que habían mantenido previamente, y que con mucha habilidad utilizó para embaucarles.

>>La médium marchó no sin antes decirle que aquel espíritu, o aquella presencia, Patricia, si en algún momento pensó en no cumplir su venganza, se había sentido nuevamente muy dolida cuando él intentó hacer el amor con su mujer la noche de “autos”. Se había sentido traicionada nuevamente, y esto había vuelto a conseguir que su ira se desatase.

─ Corréis serio peligro y más ahora que bien sabe que la quieres destruir ─.

Aunque no creyesen a la médium, por si acaso, si todo lo había causado el Gps, o Patricia, o quien fuese, debía deshacerse de él, “muerto el perro se acabo la rabia”. Inmediatamente después de que la médium se marchase. Javier volvió al garaje, sacó el GPS de la guantera, y directamente lo tiró al contenedor de basura donde a no mucho tardar los empleados municipales lo recogerían. Su contenido lo verterían en el enorme basurero de las afueras de la ciudad.

Creyendo que ya todo estaba solucionado, Javier con el tiempo volvió a ser el de antes. Recobró la  salud  y no volvió a tener esas pesadillas tan aterradoras y, por supuesto, jamás volvería a comprar un GPS.

Pero el terrible karma que Javier arrastraba, pronto iba a hacerse presente porque muy al contrario de lo que él pensaba, Patricia ya no necesitaba como hilo conductor al GPS que yacía en aquel basurero. Patricia estaba muy a su lado esperando con las garras de la venganza afiladas, prestas y dispuestas para desgarrarle la vida cuando se dieran las circunstancias adecuadas.

Ajenos a esto, el día de su quinto aniversario de Boda, fueron a celebrarlo a un restaurante situado en plena montaña. Era un lugar idílico. Un lugar de lo más tranquilo donde durante la cena pudieron entre miradas y susurros darle nueva vida y un nuevo rumbo al amor que sentían el uno por el otro. Javier le hizo entrega de una sortija muy costosa, y en contrapartida, ella le obsequió con el más maravilloso de los regalos. A la luz de esas velas le dijo que estaba embarazada, y esto fue precisamente lo que lo precipitó todo porque para Patricia esa noticia fue como si nuevamente se estuviese quemando en la hoguera

─ ¡Un hijo! ¡Eso nunca! ─. ¡Se habían desatado las circunstancias adecuadas!.

Cuando acabaron la cena y tras el preceptivo brindis con una copa de champagne, subieron al coche para regresar a casa y hacer físicamente lo que tantas veces en la cena se habían dicho tan pícaramente.

La primera parte del viaje de regreso transcurrió con toda normalidad hasta que en una bajada larguísima de la zigzagueante ruta que finalizaba en una curva a derechas muy cerrada, quizás la más cerrada de todo el trayecto, él comenzó a notar que algo no iba bien en el coche. Dejó de tener el control sobre él, y como pudo fue sorteando la abrupta orografía de la carretera. El pedal de freno no responde cuando lo acciona, y el pedal del acelerador está a fondo como si alguien lo estuviese pisando y quisiese sacarlo por los bajos del vehículo.

Por más que Javier está intentando desbloquear el pedal, no puede.  Alicia  está aterrada porque sabe a ciencia cierta que el final se acerca estrepitosamente. El pánico se apodera de ella. Su corazón late desbocado como si fuese a estallar en su pecho, y su respiración se torna incontrolable. Alicia mira a Javier y le ve completamente aterrado ante la inminencia del accidente. Ella ignora qué es realmente lo que pasa, pero él es el conductor del coche y sabe perfectamente lo que está ocurriendo. El coche no está descontrolado, todo lo contrario, alguien lo controla. Él sabe quien es. Él sabe qué es, y recordando el aviso de la médium…él sabe que no hay salvación posible.

La maldición está a punto de cumplirse. El coche a la velocidad que va nunca podrá sortear esa curva, y cuando llegan a ella, el coche se sale de la carretera y se precipita dando varias vueltas de campana sobre la ladera de la montaña que precede a un profundo precipicio. Tan sólo frena la caída un enorme árbol que se interpone en su camino. A los pocos momentos de producirse el impacto, Alicia en estado de semiinconsciencia ve como Javier está sangrando abundantemente y que respira con muchísima dificultad hasta que pierde el conocimiento. El golpe con el volante sobre su pecho ha sido terrible. El airbag no ha funcionado y el cinturón de seguridad tampoco, al contrario que el de ella que si lo hizo, y que posiblemente por eso sigue consciente.

Alicia no puede moverse para ayudarle. Está atrapada entre aquel amasijo de chatarra que ha pasado a ser el coche y que le impide hacer cualquier tipo de movimiento. Ella lo llama a voces intentando que reaccione pero nada consigue. De repente empieza a oler gasolina, y acto seguido y tras una cruenta explosión, el coche empieza a arder. La suerte está echada y no hay nada que hacer. Nada puede salvarles.

El fuego está llegando a Javier, y completamente aterrorizada, ve como el cuerpo inconsciente de éste comienza a arder. A ella poco le queda, lo sabe, el fuego está llegando y esta agónica sensación la hace desfallecer.

─ La suerte está echada y “Patricia” por fin ha cumplido su venganza ─

¡Señora! ¡Señora! ¡Abra los ojos! ¿Me oye?. Alicia como si se encontrase inmersa en un sueño incomprensible reacciona al oír esos gritos y  abre los ojos para ver a su lado a una ingente cantidad de efectivos de salvamento. ¿Qué ha pasado?, es lo primero que atina a preguntar. Desgraciadamente cuando vuelve la cabeza, bien se da cuenta de lo que ha ocurrido y un profundo dolor inunda su alma. Tuvieron un accidente y a unos metros de ella ve un cuerpo tapado, el de su marido. Está muerto y no puedo soportar recordar la forma tan horrenda en la que lo ha hecho.

Nadie entiende cómo es posible que ella se salvase. Es la comidilla entre todos aquellos que están participando en el rescate. El vehículo está completamente destruido. Para sorpresa común, lo único que ha permanecido intacto, ajeno al accidente y al fuego, ha sido un GPS marca “Rapid Navigator”.

La juez de instrucción tras los preliminares estudios del forense, certifica que aquel hombre seguía aún con vida mientras se quemaba. Estaba en posición de decúbito supino con los brazos pegados a sus sienes.

No pueden entender cómo ella ha sobrevivido viendo cómo estaba el lugar que ocupaba en el vehículo. Consideran que es difícil, casi imposible, que por sus propios medios pudiese escapar tanto de la explosión como del posterior incendio.

Todo lo rápido que se puede dado el lugar en el que se encuentran, es transportada en helicóptero al hospital más cercano donde lo único que le encuentran para el terrible accidente que ha sido, son algunas quemaduras en los brazos, algunos golpes, una fractura de fémur, y algo que al principio les pasa desapercibido al personal sanitario porque cuando le limpian y curan el brazo derecho, ven asomar claramente una marca extensa y profunda en forma de mano humana, como si alguien la hubiese sacado o ayudado a salir de aquel amasijo de chatarra, ¿Pero quién?, cuando llegaron allí no había nadie.

Esta señal en su brazo, a Alicia por muchos tratamientos e intervenciones de cirugía estética a las que se sometería para eliminarla, jamás conseguirían erradicarla porque al poco tiempo volvería a aparecer. La llevaría hasta el momento de su muerte, quizás en recuerdo de algo que nunca pudo comprender, ¿Cómo y por qué sobrevivió al terrible accidente?.

>> Es probalbe que si le preguntásemos a la médium, ésta diría que antes de volver a la “oscuridad” de donde había salido para culminar su venganza, y a la cual sabía que volvería para permanecer casi por toda la eternidad por lo que acababa de hacer. Patricia la salvó de aquella muerte tan dolorosa porque al final, y mientras esperaba expectante el fin para marcharse, pudo ver que el pequeño corazón que latía dentro de aquella moribunda era la reencarnación de Javier. Para Patricia ya era innecesario que muriese también porque el karma había sido satisfecho por muy terrible que éste había sido. Javier, que se reencarnaría dentro de aquel ser inocente, podía tener la posibilidad de volver a vivir una vida plena y feliz. El contador de su “debe kármico” había vuelto a ponerse a cero.

>>También diría que pocas veces había sido testigo de tanto dolor y sed de venganza por parte de un espíritu. Pero afirmaría sin dudarlo que el dolor que debió sentir Patricia mientras  su  cuerpo  era  consumido  por  las  llamas,  seguramente  no  tuvo  punto  de comparación al desgarrador dolor que sintió en su alma cuando desde sus entrañas sintió cómo el hijo que llevaba dentro expiró su último aliento poco antes de ella morir.

>> Del GPS nada se volvió a saber, y hay algunas preguntas que quedan sin respuesta como por ejemplo por qué apareció en el lugar del accidente cuando ya Patricia no lo necesitaba como medio para manifestarse. Si nos dejamos llevar por eso que llamamos corazón, buque insignia de nobles sentimientos, quizás demos respuestas pensando que aunque Patricia hizo mucho mal, por qué no puede ser merecedora también de algo de compasión por todo lo que le ocurrió. Por qué no imaginar entonces que ese GPS en un futuro pueda servirle nuevamente como medio para volver a este mundo donde expiar culpas, y ser perdonada por lo que ha hecho. Quizás su karma tan dolido quiera aspirar a ser ese ángel de la guarda que guiará al retoño de Javier en su deambular por esta vida.

>>Pero esto no deja de ser “ficción”. Lo real y que puede ser constatado, es que la desaparición del GPS la atribuyeron a la sustracción por parte de alguien que estuvo en el lugar. No obstante, si por casualidad es alguno de ustedes quien lo tiene actualmente en sus manos, y en verdad que no se difuminó en la nada tras la marcha del espíritu de Patricia, ni por asomo podrán llegar a imaginar los terribles sucesos que esconde dentro, pero bueno, eso ya es otra historia porque de todas formas…quién les iba a creer.

 

                                                                                       

 
 

 

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